PATONES DE ARRIBA

 

 

 La primera noticia de estos primeros fundadores de Patones se da en Uceda en un padrón de 1527 en el que se enumeran los vecinos que contribuyeron en la reparación de un puente sobre el río Jarama.

     Posteriormente, en 1555 hay un nuevo padrón que meciona la "alquería de la Hoz de los Patones· integrada por 7 vecinos. En 1595 se le llama la "granja de los Patones".

 

   En 1687, aparece ya como barrio de Uceda con 18 vecinos. En este siglo tenemos el documento más antiguo donde se nos habla de la existencia del "Rey de los Patones"

 En el  Siglo XVIII una fuente de información muy importante, que es el Catastro del Marqués de la Ensenada. Tuvo gran importancia en este siglo su cabaña lanar y de cabrío. Entonces eran 61 vecinos. Además, también tenían una agricultura de cereales, viñas y huertas. Hay también miel procedente de colmenas que aprovechaban la abundante floración de las jaras.

 

 

Hacia 1767 se hace llegar a Carlos III un memorial donde exponían su situación de olvido y pedían el título de "lugar", que incluía tener término municipal propio, terrenos propios, alcalde, etc.

 

El 3 de agosto de 1769 se les concede el título de "lugar" o "aldea" independiente de la villa de Uceda.

En el siglo XIX se incorpora a Madrid, quedando el río Jarama como divisoria entre Madrid y Guadalajara. Por entonces, según Madoz (1849), el pueblo tenía "54 casas de inferior construcción, casa de ayuntamiento, una fuente..., y una iglesia parroquial (San José)". Contaba con 32 vecinos.

 

  

En un documento de 1680 se indica que se había concedido un permiso para edificar una Ermita en 1653. Era una Ermita con campanario hecha con piedra y cal. Un siglo después se convierte en iglesia (1753). En 1802 ya tiene vicaría permanente y en 1905 tenía tres retablos. La puerta principal es la que ahora presenta un cristal. Es un arco de sillería de medio punto en el que hay una inscripción que dice: "Éste es, cristiano de tu Dios el templo, entra y da de virtud, prueba y ejemplo".

 

  

Este edificio dejó de ser utilizado como iglesia tras el traslado de la población a Patones de Abajo. Quedó entonces abandonado hasta que se acomete su restauración, abriendo sus puertas al público en 1998 convertido en C.I.T.E.C.O. (Centro de Iniciativas Turísticas, Educativas, Culturales y de Ocio), conservando una capilla con una imagen de la Virgen de la Candelaria.

 

 

Volver a página principal